No tienen mayor misterio, solo tenemos que comprarlos de calidad y bien curados, para asegurarnos que al hacerlos las cortezas queden crujientes.
COMO FREÍR
Ponemos abundante aceite en una sartén, los colocaremos enteros sin cortar y con la corteza hacia abajo, con el aceite en frío, encendemos el fuego a temperatura baja, los dejamos que se vayan haciendo a fuego bajo, pasados unos minutos subimos un poco el fuego, cuando oímos que crujen las cortezas y crecen, subimos el fuego hasta que terminen, tendremos cuidado de no pasarlos, los arruinaríamos, los sacamos del aceite y los colocamos sobre en papel de cocina para que empape el exceso de la grasa. Pasados unos minutos minutos, cortamos en trozos mas pequeños y estarán listos para ir a la mesa, espero que os gusten.
Que duda cabe que están muy ricos, pero también tenemos que saber que debemos moderar su consumo, por su alto nivel de grasa y sobre todo para personas con niveles altos de colesterol.
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